Ausencia

¿Cómo le explico a la noche
el hueco en el aire?
La soledad en derroche
penetra por mis sábanas,
se escurre entre mi piel
y anida en mis huesos.

El ruido de la calle
por mis oídos pasa lejano,
mientras abstraída,
arrojo mi pensar en el olor a café
y desdibujo tu rostro en el vapor
de los sueños hundidos
por la falta de tu cuerpo.

El pánico lento de las manecillas
infunden el vaivén de mi paciencia,
que recae en la espera de la aurora
de los ojos míos; ojos ausentes
que me estancan en el hilo de la locura
por la carencia que en mi ser ocupan.

La falta de tu respiro junto al mío
exalta mis arrebatos:
¿Qué hago con el vaso vacío?
¿En dónde pongo mi alma sin ti?
Quizá para tu ausencia no nací.

Cuando llega el absoluto silencio
dispongo del agobio,
y lo envuelvo entre el humo de un cigarrillo,
para acurrucarme entre almohadas
sin luna, sin grillos, sin nada,
con mis felinos que saben:
no soy, no estoy, no existo,
porque tu ausencia es mi ausencia.

*Anny*