Canvas of Life

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La vida hace de nosotros lo que somos, en un instante imprevisible.

miércoles, 27 de junio de 2012

El Discurso

El 2006 fue el último año que estuve en la escuela preparatoria, tenía 16 años. Como parte del protocolo de clausura y término de una generación, mi profesor de Literatura me seleccionó (a la par de otra niña) para escribir el discurso de despedida. Cuando terminé el discurso lo leí ante el director de la escuela, y éste me dijo que no me dejaría leer el discurso ante todos porque era "muy revolucionario".

He rescatado aquél discurso y se los muestro a continuación:


DESPEDIDA ESCOLAR


Hace tres años, tuvimos que tomar la decisión de escoger una institución de formación media superior, la cual adoptaría los valores que serían parte inherente de nosotros y que regiría nuestras decisiones de aprendizaje en nuestra etapa de estudiantes.

El elegir a la Preparatoria Anexa a la Normal de los Reyes Acaquilpan, como promotora del conocimiento, significaba una propuesta nueva y fresca, para una formación sólida e íntegra con un fin, en esencia, de despertar las conciencias, de abrir el apetito ante las distintas disciplinas de tal manera que logremos permitir el desarrollo de estudios más profundos e instaurar como estandarte de nuestro quehacer diario la reflexión crítica, la responsabilidad, el trabajo minucioso y metódico.

Para lo cual hemos perseguido siempre acercar la institución a nuestros intereses, capturando un conjunto de habilidades a pesar de que su adquisición han costado mayores esfuerzos y preocupaciones, tales como pasadas noches en vela o angustias por el enigma de una prueba final; no obstante, las capacidades nuevas que adquirimos, no hubiesen sido capaz de absorberse sin aquellos humanos que promovieron una mayor aplicación a lo largo de nuestra formación, nos condujeron al conocimiento y apoyaron en todos los aspectos laborales; toda la gente capaz, dedicada a su trabajo en cada uno de sus niveles: comunidad docente, administrativa, directiva y todas las personas que buscan siempre la seguridad del plantel.

Del mismo modo debemos una eterna evocación hacia las personas que nos han socorrido económica y/o moralmente dentro de nuestra formación, que contribuyen al diálogo entre diferencias para que nosotros agrandemos las experiencias para comprender la historia de la vida, asimilar los sueños y las desilusiones, conllevándonos a lograr nuestros proyectos personales, inspirando nuestro ser para volvernos individuos auténticos.  Aquellas personas que han compartido nuestro crecimiento humano, además de aportar valores suficientes para el desarrollo de nuestra personalidad, para que seamos capaces de caminar con soltura por los senderos de la libertad, descubriendo nuevos caminos y comprobando en cada aventura que tenemos virtudes pero también limitaciones, y que lo esencial es aceptarse a sí mismos.

Pero la libertad que poseemos, de pensamiento, de acción, no debe encaminarse a infringir a nosotros mismos o hacia los demás, olvidando los valores que son eje principal de nuestras acciones, sino debemos comprender que esto ayudará a conducirnos a  elegir lo que en verdad queremos ser y hacer, creando el ideal que deseamos seguir, del cual consigamos un éxito eterno, y no atarnos en las metas a corto fin, que sólo producen una sensación de bienestar momentáneamente, hay que dirigirnos a una idea trascendental.

Por otro lado, el ideal que nos planteemos, debe enfrentarse a la realidad social de nuestro México y el mundo, encontrando en la larga travesía de su cumplimiento también distintos obstáculos, por supuesto que habrá sufrimientos, pero tenemos que convertirnos en humanos nuevos dispuestos a crear un nuevo país y por qué no, un nuevo mundo, una reconstrucción del estado desde sus mismas bases, un rediseño de la economía que atienda a todos los sectores, un verdadero sentido y función de la justicia, pues somos nosotros los jóvenes, quienes poseemos en las manos el cambio de un sistema controlador, somos quienes con coraje afrontaremos posteriores encuentros siempre buscando un bienestar, pero sepamos que la propia felicidad está condicionada a la de nuestros semejantes, pues no hay éxitos sin que halla posibilidades para todos.

Aconsejemos que nunca hay que entrar en el camino del materialismo, la ambición desmedida, la búsqueda del éxito a cualquier precio, la vanagloria...... pues estaremos siguiendo los pasos del egoísmo como un ser recto e insensible, ganando la propia destrucción del alma, y no conseguiremos más que apatía.

Por tanto, hay que adoptar un pensamiento revolucionario, haciendo a un lado la monotonía, abriendo paso hacia nuevas mentes, no refiriéndose a trasnochar o infringir contra los demás sino intentando cambiar nuestro futuro a partir de la lucha resistente a la creciente deshumanización, pese a los múltiples reveses éticos e intelectuales, a las abundantes pruebas del deterioro o relajamiento masivo de recursos y bellezas naturales que forman parte del lugar donde habitamos e incluso de nosotros mismos ya que sin ellos no existiría la sobre vivencia; podemos alentar la esperanza de salvar nuestra sociedad mientras existan esos pensamientos subversivos en nuestro medio, pues ciertamente ni el socialismo ni el comunismo serán el paraíso, pero dada la sociedad existente, no por ello deja de ser necesario, valioso y deseable: una idea por la que se puede y debe luchar.




2 comentarios:

  1. Sinceramente, es muy buen discurso, tuve que leer varias veces algunas frases para entenderles.
    Sorprendido por el nivel de léxico que manejabas a los 16 años. :)

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  2. Gracias Rafa, lo que nadie sabe es que era un gran hobbie para mi, y digo "era" porque me llevé una gran decepción.

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