Canvas of Life

Canvas of Life
La vida hace de nosotros lo que somos, en un instante imprevisible.

jueves, 3 de mayo de 2018

Cheque abierto al portador

Todo el vacío del universo se concentra en mi estómago.
Hay nada adentro, solo la negrura.
No hay luz ni viento ni agua,
ni tripas ni ácidos,
hay nada.
Llevo cinco días (¿o meses?) con un dolor de éter.

Algo en silencio se lamenta en mi pecho,
se atora en mi garganta
mientras se arranca la piel y las uñas.
Sin gritar.
Veo la sombra de una niña qué pasa corriendo,
que a veces ríe por los pasillos de una casa vieja,
una casa en ruinas.

Está enfermedad me consume,
me chupa la gracia y la cordura.
Con el humo del cigarro 
parece que se van mis penas,
pero sólo me engañan las siluetas.
Me tomo una pastilla antes de dormir,
para no ser,
para disfrazar la negación.
¿Y si esto soy yo? ¿Sólo una cara caída? 

Mañana me voy a morir,
pienso todos los días.
Veo la cara del diablo en el sol.
¿Y si ya me morí? 
¿Y si sólo soy el eco que guarda de mi una calle por la que pasé? 
Ya canté la canción del perdón.
Ya me arrodillé y se me lavaron las pestañas.
Ya comí el cuerpo de Cristo,
me confesé y le di gracias, 
pero sus ojos inquisidores me atraviesan 
y me invitan a tirarme del risco.

Platico con mis muertos y con ella, 
les cuento que he querido sin que me quieran,
que me han querido sin que yo quiera,
que cuando quiero no pueden,
que cuando pueden yo ya me fui.
Les digo que en la espalda cargo una montaña,
que en cada ciclo me entierra un centímetro más.
¿Y si sólo ando por andar las andanzas de la vida? 
¿Y si me cuesta tanto dejarla porque en realidad me gusta ese dolor? 
Solo responden con risas, 
con un mezcal en mano me saludan
y me dicen que no me preocupe
porque la paciencia es la llave. 
Yo les sigo el juego mientras me muerdo el alma. 

Se me acaba el tiempo y yo sigo pensando en morir mañana. 
Quizás ya me morí y nadie me avisó. 
Nacimos ya condenados,
y es lo único que tenemos como cheque abierto al portador.


Ana

No hay comentarios:

Publicar un comentario