A mi mente le gusta dibujarte,
te arma entre letras, signos e imágenes
que se vuelven versos, un poema;
el más enigmático teorema.
Tu cuerpo mulato, mi canela,
entre constantes me eleva;
tus labios, tu cara, entre sumas me llevas,
hacia mis sueños en las bóvedas y cuevas.
Eres bravío, me acechas
recorres los laberintos y las brechas.
Te vislumbro así, suave y libre,
sin complejos que te equilibren.
Fantaseo con tus manos recorriendo
los pasadizos de mi adentro,
mientras el exterior va ardiendo.....
Sólo pienso y no te lo digo,
que el deseo sexual no es más que el dominio
de los diablos subjetivos,
los que condenan a sentirnos vivos.
*Anny*
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